Los leones huancaínos rugieron. Y lo hicieron cuando nadie esperaba que hubiera algún ruido, cuando parecía que sería otro inicio de Copa nefasto. Sport Huancayo, el último equipo en iniciar pretemporada, el equipo sin grandes fichajes, el equipo con un director técnico de Copa Perú, el equipo sin partidos oficiales; dio el gran golpe y superó a Nacional de Paraguay. Y lo hizo bien, ahogando al rival con juego y demostrando altura en el torneo más importante de América.
El ‘Rojo Matador’ decidió ser fiel al nombre. No especuló, buscó desde el inicio. No importaba la falta de ritmo, salieron a competir de igual a igual contra el que supo llegar al último partido libertador hace casi una década. Inauguraron el torneo con un buen resultado, pero sobre todo un partido, que muestra una actitud de la cual más de un equipo local podría aprender.
Era una lucha contra todo. En inferioridad física, en inferioridad competitiva, sin gente a la cual dedicar cada balón que no se da por perdido. Demostró que no se necesita tener medio país detrás para ganar, solo se necesitan once, que en realidad fueron uno, un equipo.
La realidad es que siempre fueron para arriba y nada los hacía bajar, ni siquiera un empate que varios firmaban, incluidos los paraguayos. El cuadro dirigido por Mifflin Bermúdez supo superar al rival no solo en el resultado, sino en todo el trámite. Quizás así se disfruta más.
Falta un partido, falta visitar el Defensores del Chaco, un sitio donde un mago salió de la lámpara y supo hacerse eterno, donde no importa sangrar mientras se vaya de cabeza hacia el triunfo. Allí Sport Huancayo puede hacer historia, si logra el objetivo sería la primera fase que avanza en Libertadores, y por lo visto en la ida, lo último que faltará el martes 14 será entrega y ganas de trascender.
Asunción esperará a esos leones hambrientos de gloria, que saldrán llenos de coraje a darnos la mayor muestra de amor para nuestros tiempos de sombras.