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Foto: Edson Ochoa
Prórroga
Feb 23, 2023

Los 12 segundos de oscuridad

No es el tiempo de luz lo que importa al final, son los minutos o segundos que se tiene de oscuridad, lección de vida y fútbol para Joao.
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Redacción LC
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No importa cuánto sea el tiempo que pasamos recibiendo flores en nuestro paso por la cancha. Queda a un lado los elogios que recibimos cuando salimos con la ropa de entrenamiento por la que los hinchas locos gastan su bonificación de diciembre. Los momentos de luz son los que nos deben tener menos cuidado. Lo que importa al final son los doce segundos de oscuridad. 

Oscuridad que nos abraza en la banca de suplentes, en nuestra habitación vacía, en la camilla de la clínica más lujosa, en los pasos que vamos dando hacía el final de la cancha por donde nos indica el doctor debemos seguir para examinar. 

Cuesta pensar en esos ratos grises, pedimos a gritos volver a donde pertenecemos, regresar para ser partícipes de jugadas revolucionarias en encuentros perdidos y hacer gambetas para poner de pie al hincha celeste que hace tanto no soñaba. 

Grimaldo se ganó el sinónimo de dribbling. Esquiva a sus rivales porque es su forma más natural y cada que le apetece se recuesta a una banda para escuchar las palmas al compás de sus pies y su apellido pronunciado correctamente. Su naturaleza altamente expresada en el terreno de juego le ha costado ser olvidado por sus “errores” del pasado, cómo si tuviésemos que vivir cargando cruces de otros. Ha sabido superar cada trance con la hinchada y ha reducido sus opciones a quererlo, mimarlo e idolatrar. Llegó el día en el que su ingreso no era más repudiado, por lo contrario era el más solicitado en las redes y en el cemento. 

Hablamos de él en la mesa al llegar a casa, con la ilusión intacta de tener el talento de calle justo y necesario para que reposen nuestras ganas vanas de ser caraduras en el mapa. Nos llenamos la boca de esperanza y comenzamos a idear escenarios perfectos para que se le pueda ver brillar. Para darle luz a su resplandor, sin importarnos sus momentos de oscuridad. 

Es poco el tiempo que los jugadores tienen libre. Son minúsculas las partes del día en la que pueden disfrutarse o sonreír con alguien que le dé sentido a esa curva en la cara. Menor es aún el rato en el que se encuentran con la mente divagando y es ahí cuando el reloj indica que han pasado segundos en tus pensamientos interminables. 

Son los momentos en los que te imaginas sin poder volver como antes al verde, en los que tienes la opción de abandonar tu sueño más firme que nunca. En los que no vale nada, ni uno mismo, y comienza a doler el tobillo, se inflaba un ligamento y los hielos que te visten se verían mejor en alguna copa. Son esos los momentos que importan al final del día, es ahí cuando más nos necesitan. 

Porque es bienvenida la ilusión y el apogeo, pero nunca debemos olvidar que son personas que se entregan la vida por darle sentido a la nuestra.

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