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La tribuna
Foto: Iker Meza
La tribuna
Feb 24, 2023

Martin Roldán: “La frase que le da el nombre al libro, no es mía. No me adjudico el éxito”.

No solo es autor del libro “Este amor no es para cobardes”, también es un ferviente apasionado por el Aliancismo, cultura a la que le entregó su tiempo, su vida y su soledad, y que viene cultivando en una etapa linda. Conozcamos más sobre él.
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Redacción LC
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Muchos dicen que el fútbol es lo más importante dentro de lo menos importante, pero para cierto sector joven del fenómeno de las barras en los años 90’, la identidad con un equipo era demasiado fuerte. Esos sectores aislados o desplazados del “progreso económico” que se vivía en el país, que a decir verdad dicha estabilidad económica no alcanzaba a toda la población. Es entonces que esa sección de jóvenes marginados buscaban la forma de escape, de poder encontrarse en algún lugar y las barras surgieron como un refugio para poder volcar sus dramas y poder sentirse aceptados, canalizando su pasión por el fútbol. 

Justamente con el libro es que trato de acercarme a este fenómeno de dramas humanos que se ambientaba en las barras de fútbol. Si se dan cuenta, generalmente los personajes son aquellas personas que yo conocí en la hinchada, situaciones y cosas que viví personalmente; sí hice una comparativa de vidas, es que yo era muy de la generación de los ochentas y encontrarse con chicos de una generación nueva, de otro tipo, ellos pensaban de manera muy distinta. Pertenecí a la movida subte, era muy contestataria al sistema, en cambio estas nuevas generaciones no eran así, se sentían parte de y tan solo reclamaban su lugar en el progreso peruano, pero al no encontrar respuesta vieron por conveniente crear las barras. De cierto modo el ser humano tiene esa necesidad de afirmarse en algún lado, de llenar espacios vacíos.

Siempre tuve esas ganas de rebeldía, de querer expresarme. Muchos lo encuentran en la música, otros quizá en la poesía o literatura, la verdad cada quien encuentra la forma de hacerlo. Yo lo hacía con la banda Dictadura de conciencia. Hacer canciones contra las injusticias de la época, era cambiar la situación en poco y nada, pero cambiaba uno mismo, que era lo más importante, por más que fuese algo simbólico, era lo que me permitía no sentirme un conformista, como lo eran muchos. La cultura subterránea fue lo que me permitió expresarme tal cual yo quería. Influenciamos mucho en el hardcore extremo en otras bandas que llegaron después, la respuesta de la gente sobrepasó lo que imaginamos. Fue pionera en muchos aspectos. Pero preferí buscar otras formas de expresarme, es así que encontré a la barra y la literatura. 

Tuve un profe que influyó mucho en esa nueva etapa. Estudiaba periodismo en Bausate, cuando era escuela en lugar de Universidad, y él enseñaba Matemática 1, un día nos dijo que “los números no serían parte importante de nuestra profesión”, así que nos mandó para un examen hacer una fábula. Cuando entregó las notas me preguntó si había copiado la historia, le dije que no y me dio pautas para seguir escribiendo. Eso sirvió de empujón para seguir haciéndolo. Participé en algunos concursos de la escuela y quedaba entre los primeros lugares. Así un día presenté un cuento en la escuela sobre la movida subte, que le dediqué tiempo, y otro que hablaba de otra cosa, al final el que fue premiado fue el otro que no había preparado tanto. Seguí escribiendo y cierto día me animé a transcribir un cuento, luego me di cuenta que le faltaban muchas cosas, me metí a varios talleres de narrativa para perfeccionar cosas.

En la premiación de un amigo de la escuela, me encontré con un editor y me dijo que lo que había escrito le faltaba mucho contexto, que no reflejaba nada de lo que buscaba expresar sobre la época. Mejoré en lo que hacía falta y publiqué Generación Cochebomba, luego de un tiempo logró cosas muy importantes que no pensaba sucedieran, me bastaba con que había sido importante para mi, pero luego fue publicada por grandes editoriales, hasta tesis le hicieron.

Y la cultura de Alianza fue otra pasión que llevo desde pequeño. El hecho de haber crecido con el éxito deportivo no es lo que termina dándole grandeza, sino por la configuración de su devenir con el pueblo eso fue lo que le permitió ir creciendo en los años hasta conformar el aliancismo. Al que muchas personas se han ido sumando con el paso de las últimas décadas, ser el reflejo de una población mixta le ha brindado esa identificación que muchos necesitaron y necesitan, es eso lo que le permite tener una fidelidad enorme por los hinchas. Es un equipo que con su gente ha venido superando muchas caídas, ha ido creciendo en derrota lo que le ha hecho levantarse más fuerte. Eso es parte de su éxito, el haberse repuesto ante tantos golpes. De hecho que el éxito es un tema muy subjetivo, pero esto no se mide bajo el mérito deben intervenir muchos otros factores. No sólo se trata de salir campeón cada cierto rato, siempre hay que buscar algo más y es ahí cuando actúan los demás factores que hacen que Alianza sea grande en comparación a otros equipos. Por ejemplo, ahora cada vez más jóvenes se hacen hinchas, con la diferencia de otros tiempos que no son igual de violentos. Ojo que las barras son muy distintas a las pandillas, tienen otra configuración y distinto accionar. Antes nos enfrentábamos a puño limpio y a lo mucho que llegaban era agredirte con alguna piedra. Hoy te atacan por la espalda y te matan como acto de cobardía.

Foto: Facebook Martin

Este amor no es para cobardes. Por Alianza nos hemos expuesto a algunas situaciones complejas. En el 2004 fuimos a Quito, éramos cerca de 60 aliancistas y nos pusieron al lado de toda la tribuna de la barra del LDU, la muerte blanca se llamaba y tuvimos que rescatar el bombo con algunos amigos. Se nos vinieron todos encima, pero pudimos salir victoriosos. También me sucedió una vez en la Bausate, me invitaron a una charla con un colega que escribió un libro sobre la U, había gente de mi barra y del rival, yo tuve que dejar de firmar mis libros y salí a pelear con ellos (risas). No iba a abandonar a mis amigos.

Voy a confesar algo, la frase que le da el nombre al libro y se popularizó tanto, no es mía. Esa frase apareció hace algunos años en Trujillo, en un partido ante Coopsol, estaba colgada en la barra de Alianza pero no era tan grande. Con los muchachos de la “20” la alcanzamos a ver, preguntamos a quién le pertenecía dicha frase y nunca tuvimos respuesta. Entonces decidimos hacer una bandera de 20 metros para ponerla en la tribuna. Y hay otra historia, el libro iba a tener otro nombre, se me ocurrió que se llamase “la camiseta ensangrentada”, a la editorial no le gustó y me propuso otras, la verdad que no pasaba nada. Entonces se me vino esa frase al recuerdo y nos gustó a todos. Prácticamente yo no inventé eso, salió por las circunstancias del título. Tampoco es que estuvo muchos años colgada en la tribuna. Pero si se logró arraigar entre los hinchas, es por ello que cuando Barrio Calavera saca la canción, la adoptaron rápido. La hinchada comenzó a hacer imágenes con la frase, se popularizó pronto. La canción ahora forma parte de la identificación. A mi me emocionó mucho escucharla en la celebración del 2022. Tampoco es que me creo lo máximo con el hecho de ver la frase en muchas partes del mundo, el nombre le pertenece al muchacho trujillano que la escribió. Lo que sí nos pertenece es el hecho de llevar más instrumentos a la tribuna. Fuimos los primeros en hacerlo. La primera vez que llevamos trompetas y todo en realidad, fue para un clásico que perdimos en Matute, pero fue una gran experiencia. Le dimos a la gente que cantara con ritmo. La aceptación de la gente fue muy buena. Nosotros sacamos canciones que al día de hoy cantan otros equipos. Tratamos de mantener un estilo de originalidad, nosotros soñábamos como una banda de fiesta patronal, lo de ahora claro que es más similar a una murga. Eso es propio de los chicos que están ahora, si bien es cierto que hay una falta de identidad, son otro tiempos, cada uno llega con sus propias ideas y las plasman, lo que sí es que se busca seguir siendo originales porque eso es parte de la hinchada de Alianza.

Foto: Facebook Martin

Hay algunos aspectos del club que me gustaría que fueran distintos. Históricamente los dirigentes de Alianza no han tenido una postura política que no sea alineada a los gobiernos. Se han tomado decisiones muy lejanas a lo que es su identidad. Tampoco pueden pretender tener una, producto que está intervenido. Si los socios fueran quienes tomaran acción, ellos podrían determinar, pero esas mismas personas son quienes se sirven del poder político, entonces no podrían ponerse en una posición cercana al pueblo. Hoy es difícil pensar que el club emita comunicados en los que se manifieste en apoyo de movimientos de descontento, a lo mucho podrían manifestar posturas de consenso. Eso sería lo ideal, que llamen a la reflexión o unión y que se lleguen a soluciones para el país. Tomando en cuenta que los clubes son factores determinantes en la opinión de sus hinchas. Mucho más Alianza Lima que es el equipo de todas las sangres.

Foto: Facebook Martin

El aliancismo es algo que se debe sembrar. Hace poco fui padre y tuve la oportunidad de llevar a mi hijo a casa para la final del fútbol femenino, pensé que se asustaría con el espectáculo, pero no fue para nada así. Sonreía y estuvimos felices toda la noche, la pasamos muy bien. Quisiera tener el tiempo para poder ser el padre que yo tuve y verlo crecer y disfrutar con él en la tribuna, siempre y cuando elija ser de Alianza. Será difícil que no lo sea, porque sus canciones de cuna son las que tocábamos con la barra.

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