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Motor y motivo
Foto: Iker Meza
Motor y motivo
Ene 16, 2023

Henry Cabellos: “Siempre les digo a mis hijos que debemos mirar hacia delante”

Catriel Cabellos vive un presente que le augura un gran futuro, destaca a donde va y eso es producto de una gran crianza. Misma que la tuvo bajo los abrazos de sus abuelos y la filosofía de su padre de siempre ir hacia el frente. Conozcamos más sobre el impulsor y sostén del emergente talento.
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Redacción LC
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Descubrir sus condiciones fue una anécdota tremenda. Yo era un repartidor de pizzas en Argentina, un trabajo muy arduo pero que me daba licencias de poder estar ciertos ratos en casa. Las veces que yo regresaba lo encontraba esperándome en el pasillo para que jugara con él. Yo le tiraba la pelota y jugaba sin cansarse. Cierto día le digo a mi madre, mira que le gusta mucho la pelota, no la suelta por nada del mundo y los otros juguetes ni los toca, creo que quiere ser futbolista. En ese momento me di cuenta que le gustaba mucho el fútbol. Cómo no iba a ser si los autos que le regalaron estaban nuevos en sus cajas.

Siempre lo apoyé desde todo aspecto. Fíjate que le tocó pasar muchas cosas, su vida verdaderamente ha sido complicada. La madre los dejó aproximadamente a los seis años, un hecho duro para ‘Catri’ y Axel, cualquier chico lo tomaría como excusa para dejarse caer, pero encontramos al fútbol como parte fundamental para que no sienta ese bajón. Traté de estar siempre, de apoyarlo que es lo que termina siendo más importante para los chicos, nunca pensé en oponerme a que jugara, para nada. Hasta ahora los acompaño, es algo que me gusta mucho. 

Ha sido un trabajo duro en la etapa de crecimiento de los chicos, cuando descubrí que ambos jugaban, era tener que repartirse a modo de delivery para poder estar con ellos. Aquí mis viejos me ayudaron muchísimo, han sido muy importantes en todas estas etapas, tanto en lo económico como en lo moral. Son sus viejos de los chicos. Nadie se imagina cuanto quiso Catriel a su abuelita. Su muerte le tocó demasiado, sufrieron mucho, pero le sirvió para hacerse más maduro y crecer en esos aspectos que te hace crecer la vida. Mis viejos hicieron la mitad de mi trabajo, me ayudaron una banda con los muchachos, cuando no podía los acompañaban a sus entrenos, le entregaban su tiempo, los engrían con el delicioso ceviche que preparaba en casa. Fue durísimo, pero tocaba levantarse. Yo estuve muy mal y si me permitía caer, ellos me acompañarían abajo y era lo que menos quería para ellos. Luego de eso nada fue igual, pero de esos golpes se repusieron y remaron hasta llegar a lo que es ahora, verse muy cerca del debut en primera.

Mis muchachos son demasiado competitivos y si tienen que sacrificar todo por el fútbol, lo harán, de eso no tengo ninguna duda. Eso es lo que rescato mucho de ellos y les ayudará mucho para sus carreras, en sí para la vida misma. En tal caso, pregúntenle a Julio César Uribe, que los vio en un partido de práctica y se quedó anonadado por la intensidad que tienen. Si hasta pincharon una pelota en un cruce, imagínense lo fuerte que son. Por eso mismo confío que lograrán todo lo que se tracen, desde siempre les inculco el hecho de no sentirse ganadores de nada. No nos creemos victoriosos para nada, nos falta mucho, ese siempre es el mensaje. Eso y reponerse, mirar para delante. Les digo que tenemos que ponerle las mismas ganas y nunca hacer caso a lo que nos digan desde fuera, sea bueno o malo. Son unos robles, a pesar de ser nenes aún, tienen un corazón enorme y un hambre por comerse el mundo entero. 

Todos los días al levantarme me digo que sirvió posponer muchos sueños por ver que ellos consigan los suyos, es la única y más grande satisfacción que tengo como padre. Muy aparte de ser el Henry de ellos, que los amo con mi vida.

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