Quizá el tiempo y la historia no ha sido justa con nuestros héroes. Personas forjadas en el Perú profundo lleno de dolor y esperanza. Hijos de conflictos que tuvieron que enfrentarse a la desidia de los grandes para con sus sueños.
Chicos que crecieron en las calles bravas de una Lima que no era tan gris como en éstos tiempos. Chicos como Víctor, que encontraban en el balón un escape a la crisis de la que padecía el pueblo e hicieron de su pasión su puerta al éxito.
No ha sido justa la vida, mucho menos la historia. Hemos regalado olvido a quienes nos dieron gloria. Y hoy que su partida alumbra un cielo opaco, buscamos como locos compilaciones, fotografías y portadas que nos hagan dimensionar lo que en su época fue.
Hemos sido herejes con él. Fue el primer bicolor en levantar esa “Orejona” que hoy parece un anhelo lejano. Hizo apretujar los dientes a los asistentes del San Siro en sus noches de teatro, enloqueció a la Bombonera con sus anticipaciones y salidas prolijas. Recibió aplausos en coro en toda Roma.
Un central zagas que marcó lo que sería un sello de los nacidos en esta patria, haciéndolo en la gran escuela para defensores. Trascendió y nunca nadie supo darse cuenta de ello. Lo repito, hemos sido muy injustos con los que nos pusieron ante los ojos del mundo, con los que nos abrieron las puertas de comercio. Discúlpanos, ‘Conejo’. Nos faltará vida para seguir haciéndolo.
Gloria para quien la merece, y nadie más que usted. Adiós Don Víctor Benítez. Grazie.
